Conocí a la querida Dra. Rutilia Calderón allá por marzo-abril de 2011, cuando aplique para el puesto donde me he venido desempeñando en la Vicerrectoría Académica (VRA) de la UNAH. Luego, ella fue mi jefa hasta 2017, cuando fue nombrada Ministra de Educación de Honduras. Después ella decidiría entrar en su retiro por jubilación de la Universidad.

En todos esos años que compartimos con el equipo de la Vicerrectoría se acumularon anécdotas y bonitos recuerdos del tiempo que disfrutamos la dirección de la Dra. Rutilia. Una persona brillante en verdad; tanto su inteligencia, pero sobre todo en su don de gentes y en su manera respetuosa de tratar a las demás personas.

Por ejemplo, a medida pasaba el tiempo noté como ella influenciaba para que siguiéramos estudiando, incluso algunas compañeras completaron no solo licenciaturas sino también maestrías. En mi caso, fue de las personas que más se alegró cuando le comenté que había ingresado a hacer mi doctorado.

Pero de todo lo que pudiera comentar de ella hay algo que siento una dicha especial de poder compartir, fue una situación muy significativa y que se dio precisamente en la única capacitación grupal que recuerdo hemos tenido como equipo en todos estos años laborando en la VRA:

En un curso que recibimos como grupo hace varios años, nos tocó movilizarnos a un montañoso centro de convenciones de Santa Lucía. En una dinámica que hubo la facilitadora nos indicó que haríamos un ejercicio en parejas; y bueno, tuve la fortuna que me tocará la Dra. Rutilia.

La instrucción del ejercicio era que teníamos que pararnos frente a frente y vernos a los ojos para luego decirnos el uno al otro cómo queríamos ser recordados cuando muriéramos y ya no estuviéramos acá.

La verdad para mí, pensar en mi muerte, no es algo que me bloqueé debido a la seguridad que tengo en la salvación que Dios me regaló por medio del sacrificio de Jesús en la cruz y que Él ya pagó mi deuda de pecados, por lo que tengo la plena confianza de ir al cielo el día en que muera.

Pero en eso que ordenaba mis ideas, la Dra. Rutilia, con toda la transparencia que le caracterizaba, comenzó a comentarme su respuesta a la pregunta de cómo quería ser recordada.

«Me gustaría», me dijo: «Me gustaría ser recordada como una mujer de bien, o mejor dicho, como una mujer que amo hacer el bien. Eso es algo que pienso y evalúo, por ejemplo, cada noche cuando me voy a acostar, antes de dormir me gusta preguntarme a mí misma: «Bueno Rutilia, ¿Y hoy a quién hiciste el bien?» Y sí me respondía que a nadie entonces al día siguiente procuraba más hacer el bien a alguien sin esperar nada a cambio. Ese es un legado que me gustaría dejar.»

El domingo 13 de agosto de 2023, en la mañana despertamos con la tristísima noticia en el WhatsApp de la VRA que la Dra. Rutilia había fallecido esa madrugada.

Recuerdo que la última vez que la vi fue el miércoles 31 de mayo que anduvo en la oficina y lo último que me dijo con una gran sonrisa fue: «Nos vemos en el gran evento». Ella estaba invitada a mi boda que era precisamente esa semana, el sábado 3 de junio. Una boda a la que ella, por motivos de salud y con mucho pesar, no pudo asistir.

Su salud se comenzó a complicar en esos días y al volver de luna de miel me enteré que había sido diagnosticada con cáncer de pulmón. En esas semanas nos mantuvimos intercambiando mensajes de WhatsApp para darle ánimos y la manteníamos en nuestras oraciones. Pero la voluntad de Dios fue llevársela, su carrera aquí había llegado a su final. Y la familia «puma» casi en su totalidad lloró su partida.

Recientemente la UNAH, la Universidad que ella tanto amó, tomó la correcta decisión de llamar el Año Académico 2024 como el año «Rutilia Calderón Padilla», y eso está muy bien; pero la verdad es que para los que la conocimos, para los que convivimos con ella, los que aprendimos de su trabajo y visión, sus formas joviales y su trato respetuoso, los que sentimos que con amor ella nos tutelo como a hijos; para todos nosotros la luz de la brillante Dra. Rutilia no será recordada únicamente un año, sino que estará con nosotros para toda la vida.

Bendita sea su memoria nuestra querida Dra. Rutilia Calderón, una mujer que vimos como disfruto hacer el bien en todo lugar en el que estuvo.

Y sí, nos vemos en el gran evento…

Tegucigalpa, Honduras. 14 de diciembre, 2023.

~ Marcos Zúniga

In Memoriam de Rutilia Calderón

Marcos Zúniga


Discípulo de Jesús | Investigador en Formación | Máster | Ingeniero en Sistemas Computacionales | Promotor de Arte Dramático | Blogger


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