​Toda la congregación envió luego a hablar a los hijos de Benjamín que estaban en la peña de Rimón, y los llamaron en paz.

Jueces 21:13

Quedaban apenas 600 hombres de la tribu de Benjamín después de la guerra interna que sostuvieron producto del estado degenerado a causa del pecado en el cual había caído el pueblo de Israel.

Pero, al final, hubo paz. Y es que así es la paz, no sale «de la nada». Primero debe haber justicia, luego la paz. Dios primero satisfizo Su justicia cuando envió a Jesús a morir en la cruz, luego y solamente a través de Él podemos tener paz para con Dios.

¿Tienes paz con las personas a tu alrededor? Sí no la tienes es porque quizás aún no estés pagando el precio, por ejemplo: Perdonar, pedir perdón, pasar por alto la ofensa, no mentir, evitar el chisme y la murmuración, etc.

La paz verdadera no está en mi interior, pero sí está en Dios: Buscarlo en Su Palabra y disfrutar obedecerlo cada día.

El precio de la paz

Marcos Zúniga


Discípulo de Jesús | Investigador en Formación | Máster | Ingeniero en Sistemas Computacionales | Promotor de Arte Dramático | Blogger


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