Abraham y Sara pensaron que Dios necesitaba una «ayudadita» para cumplir su promesa de darle un hijo a Abraham. El resultado fue que de la esclava Agar nació Ismael y luego de éste naceria el pueblo que por excelencia es enemigo de Israel.

Rebeca, la esposa de Isaac, también pensó que necesitaba darle una «ayudadita» a Dios para que Jacob recibiera la bendición de primogenitura. El resultado fue que sus hijos casi se matan entre sí y nunca más en su vida volvió a ver a Jacob, su favorito.

Dios NO necesita «ayudaditas» de nosotros para cumplir con Sus promesas, simplemente Él en Su bondad irá tejiendo todo para Su propia gloria y al final, para nuestro propio bien. Podemos confiar y descansar en Su carácter bueno y justo.

«Inclina mi corazón a tus testimonios…»
Salmos 119:36a

Una «ayudadita» a Dios

Marcos Zúniga


Discípulo de Jesús | Investigador en Formación | Máster | Ingeniero en Sistemas Computacionales | Promotor de Arte Dramático | Blogger


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