Para comenzar, y para los que no estamos familiarizados con lo del «Pacto CVP», se trata de un compromiso con Dios que se puede hacer siendo un creyente soltero(a); es la decisión de esperar en Él a la persona con la que te vas a comprometer con el objetivo de casarte y formar un matrimonio, una familia. Eso implica no tener noviazgos sin propósito, entre otras cosas…

La sigla CVP significa:

  • C: Castidad,
  • V: Virginidad, y
  • P: Pureza.

Pues bien, honestamente creo que odiaba el Pacto CVP, pero no de odiarlo así como de enojo o amargura sino que con mis actitudes, decisiones y pensamientos; estaba en contra de esta idea de esperar para tomar la decisión de comprometerme; yo quería cumplir mis sueños de tener un romanticismo ideal con la mujer perfecta. Todo a mí manera…

Y pasó el tiempo y mientras pasaba seguía teniendo ese pensamiento en mi cabeza:

«Sí estoy enamorado, ¿Por qué no? ¿Qué tiene de malo? Sí nos amamos, ¿Quién podría salir lastimado?«

Hasta que pasó.

Me enamoré de una mujer y me correspondió (¡Qué milagro!), así que todo era perfecto, el único problema es que no me hallé en valor de hacer público nuestro noviazgo, no se sí fue miedo al compromiso o a saber que, pero sí fue terrible porque al andar a escondidas veía como mi relación con Dios y mi carácter eran erosionados… Y así, poco a poco fue pasando el tiempo, mucho tiempo.

Hasta que pasó.

Lo que más temía que pasara: La herí. La engañé besándome con una mujer que sinceramente no me interesaba, sólo fue algo circunstancial. Y, para rematar, ella se dio cuenta al día siguiente de la manera más ingenua posible. Honestamente: Nunca había llorado tanto y tan amargamente en mi vida. De verdad creí sería incapaz de hacerle daño a alguien y menos a la persona que sentía amar; pero lo hice.

Me había convertido en la peor persona que pudiera ser…

Increíblemente y después de muchos ruegos, ella me perdonó, y seguimos… Pero seguimos mal porque yo seguía ocultando todo. Trataba de mantener una piadosa imagen externa cuando por dentro estaba más que podrido. Hasta que el Señor me quebrantó y no me dio lugar a dudas que esto no podía seguir así, que necesitaba confiar de una buena vez en Él y entregarle esa área de mi vida. Y así fue.

Pedimos consejo y decidimos separarnos. Creo que fue la mejor decisión que pudimos tomar en ese momento. Entonces entendí que sí no estás listo para casarte, no estás listo para un noviazgo. Para eso es muy importante evaluar aspectos como madurez espiritual, carácter, finanzas, etc. y mucho más en mi caso, puesto que soy el hombre y responsable ante Dios de conducir el hogar.

He aprendido que cuando algo no es en el tiempo de Dios, entonces no viene de Él.

Una nueva vida…

Después vinieron un montón de luchas para las que no estaba acostumbrado, no sólo es el tema de mi virginidad (gracias a Dios sigo siendo virgen), el Pacto CVP se trata también de castidad y pureza; es decir, establecer límites en mi estilo de vida y en mi relación con el sexo opuesto; cosas prácticas como: Dejar de chatear tanto con mujeres, de ir a comer o tomar cafés a solas, aprender a dar consejería sólo en la iglesia o en la casa del grupo (a la hora del grupo), evitar coquetear, cuidar mi mirada, etc.

Creo que por eso se llama Pacto CVP: Es algo que va más allá de portar un anillo de compromiso, es una nueva forma de vivir, consciente de la presencia permanente de Dios y el regreso inminente de Cristo todos los días.

Como me gustaría poder decirle a mi futura esposa que me guardé emocionalmente desde que confié en Cristo para ella, pero esa no es mi historia; mi historia es la de un necio que odiaba el pacto CVP, y por la pura gracia y amor de Dios, Él me quebrantó para mostrarme la maldad que había en mí y que Sus caminos eran mucho mejores que los míos.

¡Soli Deo Gloria!

Ahora, considero que esperar en Cristo el matrimonio que Dios quiera darnos para Su propia gloria es la mayor expresión de calidad de vida.

Y así como mi virginidad es un regalo que espero poder darle a mi esposa un día, mi pureza es un regalo que deseo darle a Dios todos los días.

Despedida…

Para concluir, comparto contigo unos cuantos versos que me han servido demasiado como para no compartirlos:

«La bendición del SEÑOR trae riqueza, y no hay por qué preocuparse.» (Proverbios 10:22 PDT)

«. . . al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.» (Salmos 32:10b RVR60)

«Por eso hermanos, puesto que Dios nos ha mostrado tanta misericordia, les ruego que entreguen todo su ser como sacrificio vivo a Dios. Esa ofrenda que es su vida debe estar dedicada solamente a Dios para poder agradarle. Esta clase de adoración es la que realmente tiene sentido.» (Romanos 12:1 PDT)

«Disfruta del amor, pero sólo con tu esposa. Tu amor y fidelidad le corresponden sólo a ella; ¡jamás se los entregues a otra! (Proverbios 5:15-16 NBD)

«2 Recuerda el camino por el que el SEÑOR tu Dios te guió durante todos estos cuarenta años en el desierto, para enseñarte a ser humilde, ponerte a prueba y saber lo que tú pensabas: para saber si ibas a obedecer sus mandamientos o no. Él te humilló y te hizo pasar hambre. Luego te dio a comer maná, que ni tú ni tus antepasados conocían, para enseñarte que el ser humano no sólo vive de pan, sino de todo lo que el SEÑOR ordena.» (Deuteronomio 8:2-3 PDT)

«Sí, es cierto, vivimos en este mundo, pero nunca actuamos como el mundo para ganar nuestras batallas.» (2 Corintios 10:3 NBD)

«En Cristo, ustedes están completos y no necesitan nada más, pues él es cabeza de todos los gobernantes y poderes.» (Colosenses 2:10 PDT)

¡Dios te bendiga querido(a) amigo(a)!

Marcos Zúniga

Odiaba el Pacto CVP

Marcos Zúniga


Discípulo de Jesús | Investigador en Formación | Máster | Ingeniero en Sistemas Computacionales | Promotor de Arte Dramático | Blogger


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