Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya!
Apocalipsis 19:4

Me encantan los 24 ancianos. De verdad, me encantan. Ellos tienen sus tronos al lado del trono de Dios en el cielo (Apocalipsis 4:4) ¡Cómo si eso fuera poca cosa!

Y se despojan de sus coronas y salen de sus tronos y se postran ante Dios rendidos en adoración y gratitud ante el Creador que vive para siempre.

Yo quiero ser así: No quiero tener una corona a la que ame más que a Dios ni tampoco un trono al cual aferrarme en mi mente… Porque el único digno de toda adoración es el SEÑOR, amén.

Sobre los 24 ancianos…

Marcos Zúniga


Discípulo de Jesús | Investigador en Formación | Máster | Ingeniero en Sistemas Computacionales | Promotor de Arte Dramático | Blogger


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